domingo, 1 de febrero de 2015

"Atrapados", de Nicholas Carr (2014)

Resumen: "Atrapados", de Nicholas Carr (2014)


El resumen original y actualizado está en el siguiente link:
http://evpitasociologia.blogspot.com/2015/02/atrapados-de-nicholas-carr-2014.html

Resumen y anotaciones por E.V.Pita, licenciado en Sociología y Derecho

Sociología, cambio social, cambio tecnológico

Título: "Atrapados"
Subtítulo: Cómo las máquinas se apoderan de nuestras vidas

Título en inglés: "The Glass Cage. Automation and Us"

Autor: Nicholas Carr

Fecha de publicación: 2014, W.W.Norton

Publicación en español: Alfaguara Grupo Editorial SL, 2014


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Biografía oficial del autor (hasta 2014):

Nicholas Carr es autor de "Superficiales, ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?", finalista del premio Pulitzer y éxito de crítica y ventas en España. Otros de sus libros publicados son "El gran interruptor" (2008) y "Las tecnologías de la información ¿Son realmente una ventaja competitiva?" (2004),
Ha escrito para The Atlantic, The New York Times, The Wall Street Journal, Wired, The Guardian, The Times of London, The New Repùblic, The Financial Times, Die Zeit, entre otras muchas publicaciones y es escritor-residente de la Universidad de California, Berkeley, y editor ejecutivo de la Harvard Business Review.

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Texto de la contraportada:
"Cada día, diversas aplicaciones nos ayudan a hacer ejercicio e incluso buscar pareja. Confiamos en una voz artificial que nos guía paso a paso hasta nuestro destino. Las redes sociales nos incitan a recuperar amistades. La automatización es imparable y ya se está apropiando incluso de las profesiones más cualificadas: los softwares substituyen el ojo clínico del médico, el oído del músico, la mano del arquitecto o la pericia del piloto. Coches que conducen solos, ataques con drones militares... La realidad supera con creces lo que hasta hace poco nos parecía ciencia-ficción.

Nicholas Carr investiga lo que hay detrás de nuestro culto a la tecnología y de nuestra creciente dependencia de las máquinas para revelar su verdadero impacto desde una perspectiva profundamente humana. Recurrir en exceso a la "sabiduría de los algoritmos" nos adormece, anestesia nuestra capacidad de aprendizaje y de razonamiento. Sus indudables beneficios, en definitiva, nos están robando también algo esencial.

Tejido a base de curiosidades históricas y lúcidas descripciones de las últimas tendencias, "Atrapados" nos brinda una visión realista y alarmante de un poderoso fenómeno que no solo está determinando ya nuestras vidas sino que dominará el debate de las próximas décadas".

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ÍNDICE

Introducción; Alerta para operadores

1. Pasajeros

2. El robot a las puertas

3. Con el piloto automático encendido

4. El efecto degenerativo

Interludio, con ratones bailarines

5. El ordenador administrativo

6. Mundo y pantalla

7. Automatización para las personas

Interludio, con un ladrón de tumbas

8. Tu dron interno

9. El amor que pone orden en el cenagal

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Comentarios previos:

En su anterior obra, Superficiales, A grandes rasgos, en ese libro Carr advirtió de que los usuarios de Google, por poner el ejemplo más significativo,  estaban trabajando gratis para un ordenador central, al que le introducían cada dia ingentes cantidades de datos (búsquedas, traducciones, fotos comentadas, etc...)que luego procesaba con sus algoritmos [Nota del lector: quizás lo humanos se han convertido en las células sensoriales y "neuronas" baratas de un gran ordenador llamado Internet]. En resumeb, Carr sospechaba que el ser humano se está convirtiendo en un idiota que ha perdido sus facultades memorísticas y que ni siquiera sabe leer bien (lee los documentos a toda prisa en Internet sin procesar nada ni reflexionar) y además su cerebro está "esclavizado" porque, a fin de cuentas, trabaja para un gran ordenador central.
En este libro, sigue en la misma línea, al advertir de los riesgos que conlleva la automatización a gran escala, no solo por el peligro de accidentes sino por la increíble pérdida de empleos que genera la robotización [Rifkin habló en"El fin del trabajo" de que cada oleada industrial genera más desempleo estructural que el nuevo empleo que crea, como así pasó con el paso de la agricultura a la industria, de la industria a los servicios, y de los servicios a la informática]. Es lo que se llama el "desempleo tecnológico", identificado por primera vez por Keynes en 1930.
El segundo capítulo es especialmente interesante, desde el punto de vista de la Economía, porque viene a sugerir que el desempleo de la Gran Depresión de 1929 pudo deberse, entre otras cosas, al desajuste surgido con la mecanización de las grandes empresas y el trabajo en cadena. Pensemos en la cadena de Ford, que disparó la producción. A partir de los años 50, Ford dio un paso más e implantó la automatización (en la que el control lo tienen el programador y la máquina y no el trabajador). En los últimos años, como predijo Wiener en su libro sobre la Cibernética (1950), las máquinas se han convertido en aparatos más eficaces y rápidos que el trabajador (más caro y proclive a pedir aumento salarial). La implantación de las máquinas para aumentar la producción es una elección que han hecho los empresarios e inversores lógicamente para incrementar sus beneficios, inversión que ha dado muy buen resultado siempre que haya demanda. Las máquinas y la automatización no solo han sustituido a empleados en tareas complejas como soldar una chapa sino también en labores administrativas de cuello blanco. Algunos expertos creen que las máquinas acabarán con el 75 % del empleo en el 2050.

Aunque se dice ahora que las empresas ya no deslocalizarán más su producción y que muchas retornarán a Estados Unidos, el problema, dice Carr, es que estas empresas que vuelven están altamente automatizadas y apenas generarán nuevos empleos. La prueba es que la informatización disparó la productividad de las empresas pero el empleo apenas ha variado en 20 años, se fabrica más pero con la misma gente.

La implantación de las máquinas ha generado protestas, siendo las más prontas las del siglo XIX en Inglaterra, cuando los artesanos de las Middlands se rebelaron y quemaron la maquinaria textil, en un movimiento conocido como "luddita". Fueron aplastados y la mecanización continuó.

No obstante, Carr advierte de que la automatización es peligrosa por ejemplo, en los aviones, porque como la mayoría de las maniobras las hace el piloto automático, el comandante de la aeronave pierde reflejos y facultades, lo que ya ha motivado accidentes por errores humanos o por la incapacidad de reaccionar perfectamente en caso de peligro. Recuerda que la aviación es de los pocos sectores en que se implantó la automatización en tiempos tan tempranos como 1914, gracias a la invención del giroscopio y del piloto automático. Sin embargo, con el tiempo el piloto automático ha llevado a los comandantes de las naves a mostrarse más despistados o incapaces de reaccionar ante una emergencia que requiere una gran habilidad y agilidad para corregir la avería en pleno vuelo. [nota del lector: lapregunta es si ahora hay más o menos accidentes de aviación que cuando todo era manual].

Lo mismo ocurre con los coches. Antes, un conductor y un coche eran un híbrido máquina-coche, de ahí el placer de conducir, pero al incorporar las marchas automáticas, el hombre ha perdido esa destreza, aún más cuando empezó a depender del GPS (ya no tiene visión espacial sino que recibe órdenes).

Otro de los temas que examina Carr es el diseño CAD para arquitectos. Muchos profesionales creen que no se aprende si realmente no se trabaja en plano y ahora como todo es diseñado por ordenador se pierde la esencia. Mientras que, antes, las obras arquitectónicas llevaban la marca personal del autor, ahora un proyecto y otro parecen copias, se sabe que lo ha hecho una máquina.

En otro capítulo plantea cómo serán los robots de guerra y sus límites éticos. Hay dos visiones: una dice que mientras un humano que barre su habitación perdona la vida a un grillo el robot-aspiradora se lo traga sin remordimientos porque carece de moral y sus programadores tienen interés en simplificar sus tareas y no que entre en dilemas morales. Imagínese ese tipo de programas aplicados a robots militares cuyo trabajo es liquidar enemigos. La otra visión es que los robots soldado sin sentimientos son eficaces para eliminar objetivos de su misión y punto y, que por tanto, no incurrirían en las carnicerías contra la población civil que provocan los soldados humanos llenos de ira o con ansias de venganza que se extralimitan.
El uso de robots-soldado que disparen tiros se da como hecho en un futuro próximo porque ningún país va a dejar escapar esa ventaja que tiene sobre los demás.Habrá una clara carrera armamentística en ese sentido y también habrá más guerras porque la confrontación armada dejará de ser el último recurso si fracasa la diplomacia. Enviar soldados al combate es muy duro, lo último, pero mandar robots no, se pueden mandar todos los que hagan falta mientras haya presupuesto.
Carr muestra su preocupación porque está viendo hacia dónde nos lleva la industria de la automatización: a prescindir del ser humano, ya sea con coches que circulan solos o a robots soldado programados para disparar a la gente. Alguien sobra en todo esto y es el ser humano, que es apartado de sus trabajos. [nota del lector: es más cómodo que un coche te lleve solo y tú vayas durmiendo o jugando a videojuegos, ¿no era el gran sueño? ¿Y no es mejor que los robots luchen entre ellos en primera línea que tener que ir tú a la trinchera?] Es de esperar que en los próximos capítulos, Carr analice otras cuestiones.

Dice que los defensores de los coches automatizados permitirán que haya menos accidentes mortales de jóvenes pero Carr replica que un gran porcentaje de accidentes se producen por conducir y estar atentos al smartphone.

También teme que los programas informáticos tengan una "agenda oculta" más allá de su interfaz amable. No es ningún secreto que los gigantes como Facebook o Google Maps orientan sus búsquedas según sus intereses, generalmente comerciales. Una vez que el código y la máquina se hacen "invisibles", nadie sabe quién es el que conduce aunque estemos al volante.


Sostiene que "la automatización debilita el vínculo entre la herramienta y el usuario no porque los sistemas controlados por ordenador sean complejos sino porque exigen muy poco de nosotros. Esconden su funcionamiento en un código secreto [nota del lector: la agenda oculta del programa informático]. Resisten cualquier implicación del operador más allá del mínimo indispensable. Desalientan el cultivo de habilidades en su uso. La automatización termina haciendo un efecto anestésico. Ya no sentimos nuestras herramientas como parte de nosotros".

Cita libros relacionados con el conflicto hombre-máquina:

- To save Everything, click here" (PAra salvarlo todo, cliquear aquí), de Evgeny Morozov (2013), que dice: "La esclavitud mecánica permite la liberación humana".

- Kevin Kelly: "Tenemos que dejar que los robots tomen el control", en la revista Wired.

- Mother Jones, de Kevin Drum, del 2014: "Nos aguarda un paraíso robótico de ocio y contemplación".

- "Slaves of smartphone" (esclavos del smartphone), artículo en Economist en 2012.



(seguirá el resumen)

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